sábado, 9 de marzo de 2013

Principio de Concientización.


En relación con el "control de los movimientos", es sabido que en las primeras experiencias de los aprendizajes existen sensaciones muy difusas y poco diferenciadas respecto a la información recibida a nivel consciente. Poco a poco, al adquirir dominio y segundad en la ejecución, se va ampliando la posibilidad de analizar y hasta "anticipar" las contingencias que se pueden presentar en el desarrollo de los movimientos conocidos.

En particular, los adolescentes y también los jóvenes tienen una gran necesidad de sentirse seguros del dominio de los movimientos, elemento importante de autoafirmación. Los defensores de la lucha hacia el deporte de alto nivel, sitúan el principio de conciencia en relación con el hecho de que, al alcanzar un alto nivel y automatismo de las destrezas de movimiento, el "alumno-robot" ya puede dedicarse a la elaboración de la táctica competitiva y a desarrollar el deseo o la "voluntad de ganar". Debemos volver nuevamente al problema de los fines; 
porqué se realizan determinados movimientos y despertar 
por sí mismos su mejoramiento funcional por medio del trabajo sistemático, 
y de experimentar sus capacidades y sus límites. Es necesario que sepan que 
esas capacidades y límites pueden ser mejorados por todos y cada uno, y que la 
capacidad física no es lo más importante, que ser talentoso o hábil no es más 
que un producto de la herencia, de! medio o de factores contingentes.







De este modo, la incorporación de actividades sistemáticas como el acondicionamiento 
físico, los ejercicios construidos, la repetición de los gestos deportivos 
de la ejecución de este tipo de tareas, evitando el aburrimiento y la falta de interés.

Meinel dice: "En esta edad (se refiere a la pubertad) ya no se da generalmente 
la prontitud de asimilación, pero en luga, de ello existe una actitud más 
consciente frente a los propios movimientos. Chicos y chicas quieren saber 'cómo 
hay que hacerlo' y qué es lo que hacen mal."


El movimiento provee información permanente y rica en relación con la reelaboración 
del esquema corporal y la nueva configuración interior que realiza el 
adolescente del significado que tienen ios movimientos; Los rápidos cambios 
corporales y la variación de la actitud de relación social, provocan conductas contradictorias 
que se traducen a veces en bloqueos o negaciones, por ejemplo, timidez 
de las niñas por mostrar su cuerpo en ciertos movimientos, o al contrario, 
un deseo permanente de exhibirse ante el otro sexo. Ciertos movimiento; o la 
expresividad implícita en algunos, comienza a inquietar a niños y niñas, quienes 
se niegan a veces a realizarlos, ya que los consideran inapropiados para su sexo.







Concretamente, el alumno tiene que ser informado acerca del objetivo de su 
práctica. La indicación de dicho objetivo deberá formularse de tal modo que en 
un momento dado el alumno pueda verificar sus logros o el nivel alcanzado. A 
su vez, esta información inicial hace partícipes a los alumnos del desarrollo sistemático 
del programa de trabajo.



Poco a poco, el diálogo cada vez más extenso, entre el grupo escolar, debe 
llevar a compartir y colaborar en la elección de los logros por alcanzar. Este proceso 
debe conducir a los jóvenes al análisis de tareas y actividades cada vez 
más amplias, con poderes de decisión, teniendo en cuenta que la "conciencia" 
se relaciona con la formación del sentido de autodeterminación y de libre elección 
de actividades.




Frente al conjunto de estos problemas que afrontan los adolescentes y jóvenes, 
nos parece infinitamente más importante crear un ambiente de cordialidad y 
confianza, en el cual el maestro los oriente hacia la búsqueda de la identidad 
y la afirmación de la personalidad, por medio de actitudes de cooperación y de 
responsabilidad compartida, en vez de encauzarlos hacia el desarrollo de la "táctica 
competitiva" y el "deseo de ganar".



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